Domingo con pestañas El gato, maquillaje y apelación del blog Mascot, vol. 416
La paciencia no es ahora, ni la ha sido nunca, una de las virtudes de las pestañas. Ahora que es un tabby senior, cuando quiere salir, prácticamente Kitty abraza las piernas y “Tug Boats”, todo el camino hacia la puerta.
Normalmente comienza con él mirándome así por un rato …
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Luego se parará frente a la puerta de vidrio deslizante de la cubierta o la puerta principal (¡a veces llevando su arnés de gato en su boca!) Y Miau.
Y miau.
Y miau.
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Hasta que finalmente lo lleve afuera.
No sé si es solo mi imaginación, pero últimamente parece que ha sido mucho más reflexivo y reflexivo …
Me pregunto cómo escribiría si realmente atendía sus memorias. Apuesto a que escribí mucho sobre nuestro antiguo apartamento o condominio en Mill Valley. Fue entonces cuando era un tabby al aire libre y pasó noches aventureras afuera.
Recuerdo que muchas cosas de esa época, como la noche de la gran tormenta … estaba vertiendo la lluvia y el viento era ráfaga. La noticia dijo que era el calibre de huracanes.
Esto fue cuando conocimos a las pestañas del vecindario, pero aún no fue oficialmente nuestro gato. Él vendría a menudo y pasaría el rato, y le daría chillidos de barbilla y atún, pero luego él se había ido para volver afuera.
En la noche de esa mala tormenta, salió el poder, y El Hub y yo estábamos en nuestro apartamento o condominio preocupado.
La tormenta seguía empeorando. Intentamos irme a la cama, pero las ventanas temblaban del viento, y era demasiado aterrador y ruidoso. En un momento, El Hub dijo: “¡Voy a buscar pestañas!” Y saltó y salió a la tormenta.
“¡Pestañas!” Lo escuché llamando una y otra vez. “¡Pestañas! ¡Pestañas!” Mientras caminaba por el edificio de apartamentos o condominios con una linterna bajo la lluvia.
Y luego escuchó un Meow asustado.
Las pestañas se habían arrastrado en un tocón de árbol en el lado del edificio, pero aún estaba empapado, frío y maullido. El Hub dijo que los ojos de las pestañas se iluminaban cuando lo vio, y saltó del tronco y corrió con él hasta la puerta de la puerta.
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Eso es solo una de las muchas historias de ese momento. Apuesto a las pestañas pasarían muchas páginas hablando de esos días en sus memorias …
Tus amigables adictos a los apelaciones del vecindario,
Karen y Tabs